Collin McHugh demostró que para estar en la lomita hay que tener reflejos. En el partido entre los Astros de Houston y los Atléticos de Oakland, el pitcher de los visitantes tuvo que hacer uso de sus reflejos o de su instinto de supervivencia para esquivar la pelota.

El batazo terminó siendo doble play, pero lo más sobresaliente fue que el pitcher evitó el golpe y todo quedó en risas entre sus compañeros.