DESPRECIÓ EL FUTBOL PARA CONVERTIRSE EN BEISBOLISTA PROFESIONAL

Alberto Carreón, nacido en Guadalajara, empezó a jugar beisbol en un equipo a los 4 años cuando su papá lo llevó a la Legión Americana, una liga para niños y jóvenes de la Zona Metropolitana.

“Desde que tengo memoria he tenido un bat en la mano, ya a los 4 años fue mi primera ida a un equipo, que era Las Hormiguitas”, comentó Carreón.

Cuando era pequeño participó desde los 9 hasta los 16 años en la conocida actualmente como la Olimpiada Nacional. A los 11 años, cuando finalizaron estas olimpiadas, fue incluido en el selectivo de beisbol que realizó el Code para entrenar a Ciudad de México y, posteriormente, competir en Japón.

Dos deportes un camino

Carreón entre los 15 y 16 años fue evaluado por los Acereros de Monclova, quienes le negaron la incorporación por su estatura. Después, fue invitado a Saltillo a un campamento que, aunque le fue bien, obtuvo el mismo resultado: no daba con la estatura.

A su regreso, la frustración y el desánimo fueron los causantes de que probara suerte en otra disciplina. Uno de sus maestros de deportes en la secundaria estuvo constantemente alentándolo para que se convirtiera en futbolista, pues Carreón era portero en la escuela y el docente vio en él potencial.

Ante la insistencia, el tapatío aceptó y fue así como se gestionó que sacarán su ficha para ir a pruebas con los Tecos.

Cuando se presentó había alrededor de 300 jóvenes más. Alberto fue avanzando a las siguientes rondas hasta el final. Posterior al último juego de las pruebas, fue seleccionado para ser parte de la cuarta división y le comentaron que ascendería pronto por su edad.

Dos días después fue a jugar beisbol a la Unidad Deportiva SUTAJ, en Tlaquepaque, Jalisco. Tuvo buen desempeño y justamente en las gradas estaba un scout de Pericos y Tigres.

“Cuando terminó el encuentro me dijo que quería hablar conmigo. Fue a mi casa y llevó el contrato para firmar en beisbol”, aclaró el pelotero.

El tapatío estaba seguro de que quería ser deportista profesional y en esos momentos tenía dos oportunidades a la mano, pero su principal opción siempre fue el beisbol. Así que dejó el balón de futbol para ir por la pelota de beis y nunca reportó en Tecos.

“Yo me fui al futbol de coraje, porque ya me habían dicho que no dos veces en el beisbol. Entonces, cuando me dieron el contrato (para firmar en Pericos), no me la pensé dos veces, aunque el maestro me dejó de hablar”, dijo Carreón.

Bienvenida al beisbol profesional

Fue a sucursales en 2006 al firmar con los poblanos. De ahí recorrió una liga en Monterrey (la academia), fue seleccionado por parte de Pericos para ir a un mundial a Cuba, jugó en una liga de Tabasco e incluso fue enviado a jugar a Sonora y Nayarit hasta que debutó.

“Me mandaron una vez a Monclova (cuando ya había debutado), luego me regresaron para Pericos, ya que en un partido entre esos dos equipos hubo polémica, porque había mucha gente enojada de Puebla, pues se habían llevado jugadores del equipo para el norte”, explicó el jugador.

En ese mismo encuentro, durante la novena entrada, los Pericos hicieron una remontada de 10 carreras. Ante esta situación, algunos dirigentes del equipo decidieron hacer cambio de jugadores nuevamente y Carreón fue retornado a Puebla. Desde entonces, en la Liga Mexicana de Beisbol, ya tiene 13 años con la novena poblana

Temporada de invierno, otro boleto

En la Liga ARCO Mexicana del Pacífico, el beisbolista inició en Mazatlán, en donde duró 2 años, posteriormente estuvo 5 años en Charros pero, hasta el año pasado, dejó el equipo de su tierra natal.

“Yo busqué una oportunidad en otro equipo, me gustaba Charros, pues era mi casa, el equipo me encanta. Pero siempre jugaba porque se lesionaba uno o porque faltaba, era como el suplente, yo sabía cuál era mi rol ahí”, compartió Carreón.

En una ocasión, recibió una llamada del gerente de Sultanes de Monterrey para darle una propuesta: irse al equipo regio. A él le pareció una buena opción, pues considera que es una organización en expansión dentro de la LAMP y tendría más oportunidad de pisar el campo como pelotero titular.

Y así fue. Alberto tuvo una gran primera temporada con Sultanes (2020-2021), incluso fue partícipe de cinco victorias en dos series seguidas contra los jaliscienses que se llevaron a cabo en Monterrey.

Gracias a su cambio en la temporada de invierno, el tapatío ya cumplió su sueño: ser titular en ambas ligas.

Gajes del oficio

El pelotero ha sufrido diversas lesiones y operaciones. Le han quebrado un dedo y operado en una de sus manos donde le colocaron una placa, también fue intervenido en la rodilla por menisco y una vez más en el hombro, este último le hizo plantearse el retiro.

“Me tuvieron que reconstruir el hombro, jugué lesionado toda una temporada, aunque me dolía. Cuando terminó quise descansar, pero cuando fui con Charros y tiraba ya no pude. Me hicieron los estudios y tenía siete lesiones, cinco eran operables”, dijo el originario de Guadalajara.

La disciplina y pasión por su profesión, además de su familia, le han dado la gasolina para abrirse y ganarse un espacio donde pueda demostrar su habilidad. ¿Qué si el tamaño importa? Él cada encuentro demuestra que la estatura es solo una limitante en la mente de algunos del medio.

“A unos nos cuesta más que a otros, pero la perseverancia es lo que importa, si ellos (los jóvenes) tienen de meta llegar, lo importante es que sepan cuánto cuesta y si están dispuestos a pagar ese precio”, finaliza Alberto Carreón.

Mientras pueda, él seguirá dando un brinco con el pie derecho cada vez que entre y salga del campo, como suele hacerlo cuando juega o entrena, para demostrarle a las generaciones que vienen y a quienes contemplan su trabajo, que es posible llegar a su sueño