EL PELOTERO VENEZOLANO, DESPUÉS DE SU PASO POR GRANDES LIGAS, SE UNE AL EQUIPO TAPATÍO

Luis Sardiñas nació el 16 de mayo en Upata, del Estado Bolívar, Venezuela. Desde pequeño comenzó a practicar beisbol, pues fue gracias a sus padres que se enamoró de este deporte. En esos momentos, su principal preocupación era disfrutar del Rey de los Deportes, pero poco a poco su talento para manejar el bat y la pelota le fueron abriendo camino a las Grandes Ligas.

Más que un juego

Con solo 13 años llamó la atención de los scouts, por ello, a los 16, logró ser firmado por los Rangers de Texas en 2009. Para Sardiñas y su familia no fue una decisión nada sencilla de tomar, ya que estaba de por medio el futuro del pelotero.

“Era seguir con los estudios o jugar, porque firman desde muy pronto. Además, en Venezuela, no se te da la facilidad de hacer ambas cosas”, comentó Sardiñas.

El venezolano jugó un año en Texas y posteriormente pasó a otras organizaciones. Llegó a niveles como AAA y Grandes Ligas. Los equipos a los que se integró, además de los Rangers fueron los Cerveceros de Milwaukee, los Marineros de Seattle, Padres de San Diego, los Orioles de Baltimore y los Nacionales de Washington.

“Cuando eres niño no sientes nada, no lo ves hasta un cierto tiempo [...]. Sí me pegó porque no estaba totalmente preparado para dar lo mejor de mí como hoy en día lo estoy, eso fue lo que me estancó a no tener una larga trayectoria en el beisbol de Grandes Ligas”, explicó el beisbolista.

Los estragos de la pandemia

La pandemia también cobró factura en la vida profesional de Sardiñas, pues el equipo de Washington le compartió que ya no sería parte de la organización.

“El año pasado fui botado el 27 de mayo. Me sentí frustrado porque nunca te esperas esa noticia, creo que fui fuerte. De hecho, fue uno de los años que más preparación tuve mental y físicamente [...] en fortalecer mis puntos débiles, como el bateo”, dijo Luis Sardiñas.

A pesar de esta dura racha, Luis optó por trazar un plan y puso su mirada en México y algunos países asiáticos para buscar una oportunidad en sus equipos. Afortunadamente, cuando vino a México para jugar en la Serie del Caribe, recibió propuestas por parte de los Mariachis de Guadalajara, el Águila de Veracruz y los Pericos de Puebla.

Sardiñas fue seducido por la tierra del tequila gracias a su gastronomía, movilidad, parques, estructuras coloniales, turismo y también porque la considera como una ciudad empresarial. Lo anterior, más la oferta por parte del equipo, lo hicieron subirse al tren de los Mariachis.

Que suene el Mariachi

Para estar preparado y tocar buen son en el campo, el pelotero ambidiestro escucha música a todo volumen, como el techno, y baila un poco para activarse antes de entrar a jugar. Adicional, al ser religioso y creyente de la santería, cada juego se toma un momento para pedir a sus abuelos que tanto él como todo el equipo puedan tener un buen desempeño contra el rival.

Por otra parte, su constancia, disciplina y confianza son impulsados por el manager de los tapatíos: Benjamín Gil.

“Benjamín le da la confianza a todos sus peloteros, a todos, puede ser desde el más experimentado hasta el más novato. Le da el mismo nivel, el mismo respeto. Hace que el equipo no sea de rivales, lo que hace es unirlos”, compartió el campocorto de Mariachis.

Después del camino complicado que recorrió meses atrás, Sardiñas viene a demostrar a los mexicanos que está listo para aportar su carisma, trabajo arduo y buenos resultados al beisbol de nuestro país para tener una base sólida que pueda llevarlo a jugar a otras partes del mundo, como el continente asiático.