Los jugadores de beisbol han adoptado una costumbre particular en el campo: masticar chicle. Más allá de ser una simple manía, esta práctica tiene conexiones con el enfoque mental, la relajación y el rendimiento en el juego.
Enfoque y concentración durante el juego
Masticar chicle puede ayudar a mantener la mente enfocada en el beisbol. El movimiento repetitivo de masticar actúa como un estímulo para mantener la atención y evitar distracciones, lo que es crucial para seguir cada movimiento en el campo.
Reducir la ansiedad y el estrés
La presión en el beisbol es innegable. Masticar chicle puede ayudar a liberar la tensión y reducir la ansiedad antes y durante el juego. La acción de masticar proporciona una vía para liberar nerviosismo y mantener la calma en situaciones de alta presión.
Estimulación física y alerta
El chicle, con su sabor y textura, puede estimular los sentidos y mantener a los jugadores alerta. Esto es especialmente útil en encuentros largos, donde la fatiga puede afectar la concentración. La goma de mascar puede ser un aliado para mantener la energía física y mental.
El chicle, una tradición arraigada en la historia del béisbol
La relación entre el chicle y el béisbol se remonta a décadas atrás. En la década de 1940, un famoso fabricante de chicles colaboró con equipos de béisbol para proporcionar chicles en las cajas de bateo. Esta asociación contribuyó a establecer la imagen icónica del jugador de béisbol masticando chicle en el campo.
Es importante recordar que antes de que la goma de mascar estuviera tan de moda, los peloteros acostumbraban masticar tabaco.
El chicle como ritual antes del turno al bat
Muchos jugadores han convertido el acto de masticar chicle en un ritual previo al turno al bat. Ayuda a calmar los nervios antes de enfrentarse al lanzador y puede ser una forma de mantener la concentración y la confianza en su desempeño.