Tal parece que 36 años de edad y 15 temporadas en Grandes Ligas no son suficientes para un padre y el de Michael Brantley lo confirma, pues al día de hoy con toda esa experiencia le sigue dando consejos para hacer ajustes en su juego.
Al menos así lo demostró en plena Serie de Campeonato de la Liga Americana, donde los Astros de Houston recibieron a los Rangers de Texas hace un par de días desde el Minute Maid Park.
Brantley vio acción en tres juegos de la Serie Divisional ante los Twins de Minnesota, sin embargo, para el inicio de la ALCS Dusty Baker decidió utilizarlo hasta el segundo enfrentamiento, donde estaría enfrentando la serpentina del diestro de los Rangers, Nathan Eovaldi.
Padre de Michael Brantley lo aconseja en plena ALCS
Fue previo a dicho enfrentamiento del pasado lunes que, como de manera habitual, los Astros de Houston tomaron su práctica de bateo previo al inicio del segundo juego de la Serie de Campeonato.
Entre todos los sonidos de los maderos, algo captó la atención de las cámaras en Minute Maid Park cuando Michael Brantley, quien estaba esperando a su siguiente turno, hizo gestos hacia el graderío, donde con señas estaba recibiendo consejos de nada más y nada menos que su padre, Mickey Brantley.
Según los gestos que se apreciaron, el Sr. Brantley le hizo observaciones a su hijo sobre su swing y aunque nunca sabremos si logró hacer los ajustes con efectividad, la realidad es que Michael tuvo un gran encuentro de dos imparables en tres turnos, una carrera remolcadas y un pasaporte para dejar un porcentaje de .357 en lo que va de la postemporada.
¿Quién es Mickey Brantley?
Nacido en Catskill, Nueva York y de 62 años de edad, resulta que Mickey Bradley, padre de Michael, es un ex pelotero de Grandes Ligas al que los Marineros de Seattle draftearon en la segunda ronda de 1983.
Hizo su debut en 1986 y pasó cuatro campañas con los de Seattle, presumiendo un porcentaje de .259, 32 tablazos y 125 producidas en ese lapso con los de Seattle.
En su carrera también ha sido coach y manager en Ligas Menores, fue coach de primera base de los Blue Jays de Toronto y en los últimos quince años disfruta de ver jugar a su hijo en el mejor beisbol del mundo, con quien está viviendo su séptima postemporada en busca de otro boleto a la Serie Mundial.